¡Sigo viva!
Hola gente bonita, ¿cómo lleváis la semana? ¿cómo va ese frío de otoño? ¿cómo va el final de octubre? Yo he estado desaparecida, pero de verdad ¡tengo todas mis explicaciones!
La semana pasada volví a casa por unos 4 días. Para quien no lo sepa, estoy viviendo en Madrid pero yo soy de Sevilla. Así que bueno, la idea era ir a casa para darle una sorpresa a mis padres por mi cumpleaños...si, todo muy enrevesado jajaja pero ellos pensaban que no iba a poder celebrarlo porque tenía que trabajar.
Así que el Lunes 21, alrededor de las 10 de la noche, me esperaba en la estación de tren mi tía con mis primos y mi hermano. Me acercaron a casa y os puedo asegurar que las caras que se le quedaron a mis padres cuando me vieron allí fue todo un poema. El único problema de todo esto es que mi chico no podía venir, porque el sí que tenía que trabajar.
Hasta aquí, todo bien ¿no? Bueno, sigamos. Al día siguiente, el martes, quedé con una de mis amigas para merendar. Nos llevamos como un par de horas raja que te raja, poniéndonos al día y riéndonos de cosas sin sentido como siempre. Todo normal, ¿no? Claro, hasta que de repente aparece por un lado mi hermano grabándome con una cámara, y por el otro lado mi chico. Yo me quedé de piedra, pero es que mi chico traía una cosa hermosa.
¡Sí! Una gatita. Una preciosidad super pequeña que venía en una cajita minúscula de zapato. No me lo podía creer. Era la segunda vez que caía en una sorpresa.
En el momento que llegó, captó la atención de todos nosotros y todo el mundo quería tenerla en brazos. Luego, en casa, llegó el momento de ponerle nombre: Nora. Los demás días se centraron en ella, en biberón, en darle calor, en besuquearla. Toda una monería.
El miércoles 23, era la cita con mis amigas para celebrar mi cumpleaños, una pequeña ceña adelantada. Y cuál fue mi cara cuando me di cuenta que en casa de una de mis amigas me tenían preparada otra sorpresa. Yo, con mi inocencia, creía que habíamos quedado en otro lugar para ir a un restaurante. ¡Mentira todo! Jajajaja En este momento me di cuenta que soy demasiado inocente y que me creo cualquier cosa jajajaja. Mis queridas amigas, me echaban tanto de menos que me regalaron tantas cosas como si fuera un día de reyes.
Y por último, un regalo que es puro chiste que ya está en la estantería de mi piso. ¡Todo tiene su explicación! Jajajaja a las 3 nos encanta el R&B, y cada vez que salímos es un sarao, así que cada una de nosotras somos una famosa cantante. Os puedo asegurar que esta foto no pasó inadvertida por ninguna de las que estábamos allí.
Y por último, el jueves 24, celebré oficialmente mi cumpleaños. Quise que viniera mi familia y también se volvieron a presentar algunas de mis amigas que tenían la tarde libre.
La verdad que fue la típica fiesta que se hacía cuando era pequeña, con una tarta, con música de fondo, con risas y con una cena después. ¡Una fiesta perfecta para celebrar mi aumento de años!
Los días fueron tan estupendos que cuando llegó el viernes, no me quería volver. Volvía ilusionada, porque tenía a Nora y estaba como loca de contenta. Pero las cosas empezaron a torcerse.
Nora, esta cosa pequeña de apenas 140 gramos, ojitos medio cerrados y con andares dificultosos. Solo sabía dormir y ronronear. Le costaba trabajo caminar solita y se caía. Apenas comía, pero nosotros pusimos nuestro empeño en que esa panza se llenara de comida gatuna.
Todo se puso feo, cuando en el tren de vuelta a Madrid vimos que estaba muy débil. Apenas maullaba, solo dormía y ya casi no podía caminar. Así que con el miedo en el cuerpo nos acercamos a una tienda de animales, donde el veterinario le mandó unas vitaminas.
Al día siguiente estaba mejor, pero tampoco para dar saltos de alegría. Como era tan pequeña teníamos miedo de que pasara frío o que hubiera agarrado un virus, así que como tampoco había gran mejoría, el domingo íbamos de camino a la clínica veterinaria para saber qué le pasaba.
La "sorpresa" nos la llevamos cuando nos dijeron que tenía hidrocefalia. ¿Qué es la hidrocefalia? Es una enfermedad neurológica de nacimiento que afecta a los perros y a los gatos. Nora tenía mucho líquido en su cabecita y apenas se le había desarrollado el cerebro. Se puede decir que tenía retraso, y por eso todas las complicaciones que nosotros le veíamos: dificultad al caminar, al comer y su obsesión por dormir.
Nora estaba perdiendo peso, y la veterinaria nos dijo que no había solución para ella porque era demasiado pequeña y estaba demasiado débil, ni siquiera se le podía extraer sangre. En ese momento se me desplomó todo. No paré de llorar, era mi primera mascota y apenas pude pasar 5 días con ella. A Nora le practicaron la eutanasia para que dejara de sufrir.
Es por esto que no he escrito en estos días, tenía pensado escribir antes pero tampoco me apetecía. Hoy he decidido compartirlo con ustedes, y quedarme con el cariño que le dimos a esa cosa tan pequeña y bonita.
A pesar de lo ocurrido, sigue siendo la sorpresa más hermosa y el mejor regalo que me han hecho por mi cumpleaños.
Espero no haberos aburrido demasiado. Pronto vuelvo con más cositas que estoy experimentando y tengo en mente.
KISSES AND LOVE, HONEYS.